Ritmos de aprendizaje basados en la particularidad de cada niño, el profesor como un elemento fundamental en el acompañamiento, pedagogías más abiertas y amables, no tareas, no presiones de aprendizaje anticipado en edad temprana, ambientes acogedores en el aula y los jardines, el respeto entre la comunidad y la diversidad de recursos, que no solamente se basan en libros de textos, son apenas algunas de las características que han asegurado el éxito del sistema educativo en Finlandia.